El lunes, el Mallorca jugará en Sevilla. Un partido importante. Entramos en la recta final de la competición, apenas quedan 9 partidos, y aunque la distancia con el descenso actualmente se fija en 11 puntos de ventaja, cuando comience el partido será inferior, los cuatros equipos de la cola se enfrentan entre ellos, lo que garantiza que será reducida. Y, el Mallorca es un equipo tan frágil, y más tan reciente la campaña pasada que nos hace que nos entren los nervios enseguida.
Por eso. Si algo ha conseguido Caparrós es aparentar fortaleza. Yo jamás me creí que aceptará venir al Mallorca. En primer lugar, porque era meterse en un marrón enorme. Una plantilla justisima, sin gol, con un propietario ex entrenador que pretende hociquear en todos los asuntos, y sobretodo un equipo creado para jugar con unas ideas contrarias a lo que él representa. ¿Que se le había perdido a Caparrós en Palma si esperando pronto recibiría un banquillo mejor?
El caché no le frenó. El Mallorca le puso encima 1,4 millones de euros. Se salvase o no. Y poco a poco el equipo fue cogiendo forma. Se sentenció a Zuiverloon, Aki, Tejera (aunque últimamente ha recuperado algo de espacio), se fortaleció la defensa, se puso un doble pivote conservador. El equipo se convirtió en el que más faltas cometía, cuando llevabamos años siendo un equipo bastante blando. De ser fácilmente remontable o incluso encajar 5 goles en el Camp Nou, con los partidos el Mallorca se convirtió en un equipo díficil de batir. Se fue probando canteranos, y algunos como Alvaro o en menor medida Bigas, ya son parte activa del primer equipo (y el primero ya lleva 2 tantos y ha arrebatado el sitio al belga Ogunjimi por el que se pagaron 2,4 millones).
Es cierto que el equipo no juega a nada. Defender, aguantar, esperar un momento de inspiración o aprovechar una jugada a balón parado. No se ofrece más. Pero eso sí, esa seguridad está dando resultado. Las ideas están claras, los jugadores saben lo que tienen que hacer y como llevarlo a cabo. Y eso es de agradecer. No se pierde el tiempo dando bandazos absurdos no hay cabezonarías ni manzanadas. Caparrós lo tiene claro.
Así que, sinceramente, aunque cobre esa barbaridad y el fútbol que vayamos a ver sea un coñazo, yo renovaba a Caparrós. Tiene mucho estar como se está ahora, cogiendo el equipo como cogió y con la escasa capacidad goleadora que hay en la plantilla.
También, creo que no se quedará. Siempre sale con evasivas a si va a continuar. Deben haber llamado a su puerta y el mismo lunes podría exhibirse para que Del Nido se convenciese que hay puede encontrar el técnico que haga resurgir al Sevilla, como sucedió años atrás. Y sinceramente, ya conoce la casa de putas interna que es el Mallorca. Si logra la permanencia, su curriculum sale reforzado y meterte otra campaña más con un equipo cuyas perspectivas son las de seguir empeorando no debe invitarle a la reflexión. Yo dudo mucho que renueve, pero tampoco me creía que aceptase venir y que lograse transformar al Mallorca a su estilo.