Se rompió la aureola mágica que rodeaba a Son Moix desde hacia varias temporadas, donde la mayoría de equipos habían doblado la pierna, con excepción de algún grande. Ayer, el Espanyol, precisamente ese equipo que más se había acostumbrado a perder en Palma desde hacía diez años se llevó la victoria de manera incontestable. Fue de penalty, con una falta que empezó fuera del área pero acabó dentro. La provocó Luis García y el mismo convirtió el penalty.
Es imposible no dirigir la mirada hacia Kevin, autor de un penalty inocente y ahorrable. Primero Luis García le regateó con facilidad y, pese a que Martí ya entraba en la ayuda, Kevin se abalanzó sobre él y concedió el penalty. El resto del partido no jugó mal, llegando a salvar alguna ocasión más clara del Espanyol, pero lo cierto es que el debate sobre quien debía jugar, si él o Ayoze, continuará la semana que viene. Tampoco estuvo afortunado Crespí en el centro de la defensa. Laudrup apostó por los dos canteranos, y esta vez la apuesta no resultó. Ahora a esperar si en Mestalla son condenados al banquillo y reemplazados por Ayoze y Nunes. Aunque quizá serían señalados cruelmente...
Con 0-1, arbitro debutante y posiblemente con dudas aplicó la habitual compensación futbolistica. Osvaldo saltó y puso el brazo sobre Ratinho y decidió expulsarle. Por supuesto que el golpe no era de roja, pero quien sabe, entre los insultos, los aplausos al publico y encararse con medio estadio mientras se machaba igual le cae más de un partido. Era el minuto 35, el Mallorca tenía casi una hora de ventaja númerica para intentar dar la vuelta al partido, pero no fue posible.
En parte por la inteligencia de Pochettino y sus hombres, mucho más rodados que los del Mallorca. Pochettino estableció dos lineas de 4 y dejó a su hombre más rápido, Callejón, para que luchase todos los balones frente a la defensa del Mallorca. Y encima los ganaba ante un Crespí desbordado. Pese a jugar con uno más el Mallorca no conseguía aproximarse en absoluto a la meta de Cristian Alvarez que además, contribuyo constantemente a alargar todos los saques de puerta y ganar segundos al reloj.
El Mallorca, por otro lado, era totalmente inoperante. Los laterales subieron todo lo posible, se cambió a los delanteros, se dio entrada a Pereira, pero ninguno logró aportar nada meritorio ni siquiera para rascar un empate. Ni siquiera los balones colgados entrañaban peligro. El Espanyol supo aguardar e incluso desperdició varias ocasiones claras de hacer el 0-2. Pero bueno, con 0-1 fue suficiente. Laudrup no quiso engañar a nadie, como en otras ruedas de prensa, y reconocía que se había jugado mal. Lo preocupante es que la semana que viene se juega en Mestalla, uno de los escenarios más desastrosos para el Mallorca.
1 comentario:
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- David
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