Hoy ha vuelto Mateu Alemany a hacerse con la propiedad del Mallorca. La familia Marti Mingarro abandona su proyecto-aventura tras tres meses con buenos resultados deportivos pero con una pésima gestión institucional, también torpedeada desde el primer día, desde medios de comunicación e incluso desde empleados del propio club. El regreso de Alemany parece producirse en la misma tónica que el año pasado cuando se hizo cargo del equipo en Enero, intentar gestionar un club que se descompone y encontrar un comprador a final de Liga.
Hace unos días en el prepartido de RCDM me refería medio en broma que el Mallorca estaba condenado por un Dios Griego. Su pena era vivir siempre en la inestabilidad institucional, planteando nombres de posibles compradores, gente que ejerce la presidencia de manera fugaz y que lejos de arreglar algo contribuye a seguir sembrando el desastre. A día de hoy esa situación ha empeorado.
Digo que el tercer advenimiento de Alemany me recuerda a Emilio Castelar, el último presidente de la I República y que cuando el Parlamento aprobó una moción de censura que le derribaba del cargo, y con él las esperanzas republicanas, espetó estas palabras al resto de diputados: "¡Ya estamos desacreditados todos! ¡Todos sin excepción!" (pag 344 de este enlace). La I República finalizó tras 11 meses de vida con un Golpe de Estado, entrando el General Pavía a caballo en el Congreso para disolver la sesión que pretendía elegir un nuevo presidente.
De este descrédito no puede salir bien parado nadie. Ni los Mingarro que llegaron con buenas intenciones pero se han visto como mentirosos y capaces de jugar con los sueldos de todos los empleados del Mallorca, ni Nando Pons, secretario técnico que desde hace dos años solo ficha a medias de Garcia Quilón para repartirse comisiones y que incluso fue capaz de animar a Cléber Santana a denunciar al Mallorca por imago. Ni siquiera Mateo Alemany pese a las generosas palabras que le dedicaba un aficionado en la wikipedia. Fue el héroe de la temporada pasada. Estoy convencido que sin él, el Mallorca jamás hubiera logrado la permanencia. Pero su posterior gestión del club resultó desastrosa, y de aquellos barros estos lodos. Primero anunció que la venta no sería un serial, y lo fue. Desestimó por causas aún no explicadas la opción de Serra Ferrer y primero pactó con otro personaje que abocaba al desastre, Carlos Gonzalez. Al no fructificar esta opción y hallarnos ya con el mes de Agosto empezado y sin un solo fichaje dijo que se cerraba el tema, para días después "dejar el Mallorca en las mejores manos posibles". La planificación veraniega fue desastrosa. La propiedad elegida ya hemos visto que ha durado tres meses pero se derrumbaba desde el primer día. Y ahora, aunque Alemany diga que un error si se reconoce es menos y que hasta el 15 de Mayo no va a hablarse de nuevo de la venta, su figura, intachable hasta ahora, también se ha visto manchada.
"¡Ya estamos desacreditados todos! ¡Todos sin excepción!" Quizá ahora falta que un juez y unos administradores concursales entren a caballo y representen la figura del General Pavía, hagan limpia y el Mallorca se levante desde cero.
2 comentarios:
Saliendo del tema, y para saciar tu curiosidad, Óscar Díaz es de Camaño, no de Quilón.
Raro, pero cierto.
Vaya. Esto no me lo esperaba. Sospechaba ya de Quilón que tiene a toda la cantera madridista... aún así otro acierto en materia de fichajes.
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