domingo, 19 de febrero de 2012

Satisfacción (Mallorca 4-0 Villarreal)


Si hay un partido que aparece marcado en rojo en el calendario del Mallorca como la gran cita de la temporada, es el del Villarreal. El equipo castellonense robó la plaza europea en los despachos, una circunstancia que no se olvida por la Isla. Es el rival por excelencia. Al que se odia y del que se celebran sus desgracias. Desde entonces, se habían enfrentado en tres ocasiones. En el Madrigal, el Mallorca hincó la rodilla sin paliativos. El año pasado, con un penalty discutible que Rossi ejecutó con paradinha ilegal, este año por 2-0, sin provocar siquiera una tarjeta rival. En casa, el año pasado, jugando por la mañana, ambos equipos pactaron un empate sin goles. Hoy tocaba de nuevo verse las caras.

Mientras que entre los aficionados, el encuentro sigue siendo palabras mayores. Motivación, odio, interés, entre los jugadores, el partido no es más que una jornada más. Así lleva siendo desde el año pasado. Los jugadores salen a rueda de prensa y dicen que no sienten nada. Solo Martí. Ha sido el único en estos años que ha cargado contra el Villarreal. Quizá por eso hoy salió de titular. Se la ganó en rueda de prensa. Por mostrar mallorquinismo de verdad. Por decir, que hace dos años, al Mallorca le arrebataron en los despachos lo que había conseguido sobre el campo, a Martí y varios de sus compañeros.

Y, hoy, llegaría una pequeña satisfacción. Nunca será reparación completa hasta que el Mallorca compita en Europa, pero cada encuentro contra el Villarreal será la cita de la temporada. Y más, como este año, el equipo corrupto y ladrón, pelea abajo. Como un verdadero rival del Mallorca. Con un punto por encima y mirando hacia atrás...

El Mallorca, además de Martí, recuperó veteranos. Muchos de los que padecieron el expolio. Una dupla de centrales ya legendaria con Ramis y Nunes, con Victor en punta, con el Chory que atraviesa un formidable momento de forma y todo eso con gente dispuesto a partirse la cara. Con Hemed peleando arriba, con Crespí afianzandose en los minutos que le brindan, con Tissone, con Pereira, incluso Caceres parece estar a la altura y ya no desentona.

Enfrente el Villarreal, que sigue viviendo de sus rentas antiguas. Dicen que juega bien, que tiene buenos jugadores, pero al descanso no había sacado un corner y llevaba las mismas faltas que un Mallorca al que entrena Caparrós. Borja Valero, a diferencia de Simeone, Cristiano Ronaldo, Ballesteros, no es de esos jugadores que se viene arriba con los pitos rivales, y se empequeñeció. Camuñas deambula por el campo, Marco Ruben es un delantero sin más. ¿Porque no va a poder bajar el Villarreal? 

La primera ocasión del partido fue de Marco Ruben que desbarató bien Aouate, también reivindicándose tras unas semanas con algún fallo y surgir dudas en torno a su figura. Pero después el Mallorca se adueñó del ritmo del partido y no dejaba jugar al Villarreal. Las ayudas y asociaciones defensivas empiezan a surtir efecto y el equipo se muestra ferreo atrás. Le falta soltar algún latigazo más, pero se muestra entereza atrás. Pese a la facilidad que tienen los arbitros de regar con tarjetas al Mallorca, y no hacer lo mismo con los rivales (quizá también ser equipo de Caparrós lleva esa carga), sacó su petroleo. Una buena contra plantó a Hemed frente a Diego Lopez. El balón no iba hacia el medio cierto, pero igual que no se permitiría esa entrada a un jugador de campo, no debe hacerse con un portero. Diego Lopez fue a cazar sin balón y así lo hizo con Hemed. Solo fue amarilla.

Pero la falta terminaría en gol. El Chory la botó y Victor entró a media altura e hizo el primero. La defensa del Villarreal se miraba despistada. De nuevo en ventaja, el equipo que más remontadas había padecido. Al descanso se llegó sin demasiado más que reseñar, pero con la satisfacción de haberle dado la primera a los amarillos.

En la segunda, el Mallorca comenzó más resguardado, esperando dar el segundo golpe. Y llegaría de nuevo en otra falta. Venía frontal, Diego Lopez salió dudoso y no la agarró y el rechace acabó en la cabeza de Martí que la orientó a portería sin que nadie pudiese salvarla. Era el 2-0. Martí celebraba uno de sus pocos goles, ante quién le apetecía. Esto tomaba forma. Y, de momento se igualaba el golaverage.

Después ya llegaría el delirio. Una gran contra, como los equipos resolutivos, puso el 3-0, Chory asitió a Casadesús que hacía su segundo tanto y con apariencia de verdadero 9. Definiendo perfectamente. Y después Nunes, en otra asistencia del Chory al sacar un corner batía a Diego Lopez haciendo el cuarto tanto. Una victoria redonda, tras 13 meses sin ganar por más de un tanto. Un doble regusto al derrotar al Villarreal, enemigo por siempre y dejarlo por detrás. No se hizo más daño. No se intentó. Los amarillos tampoco tuvieron opción de recortar el marcador. Esto terminaba 4-0. Así sí.

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