Lluís Carreras ha sido otro de esos futbolistas que no pasarán a la historia, jugador cumplidor sin duda, y uno de los mayores ejemplos de polivalencia que cada vez escasean más en el fútbol. Se le vio jugar en prácticamente todas las posiciones, incluso en un partido contra el Atlético B en Segunda División tuvo que ponerse bajo los palos y hacer de guardameta.
Pese a un curriculum bastante aceptable, superando con comodidad los más de 100 partidos en Primera, y haber militado en hasta siete conjuntos diferentes en la máxima categoría su despedida resultó dolorosa, apartado del grupo en el Alavés por Dimitri Piterman y con un serial en el juzgado contra el excéntrico presidente ruso en los que Carreras salió vencedor.
Antes de eso, habría que mencionar que Carreras fue canterano del Barça. Algo anterior a la famosa Quinta del Mini, en la que figuraban De la Peña, Toni Velamazán, Arpón (que estuvo también en el Mallorca) y alguno más. Tras ir progresando en la Masía, le llegaría la oportunidad de debutar con el primer equipo del Barça en 1993, de la mano de Johan Cruyff. Ese año el Barcelona conquistaría el título de Liga pero la presencia de Carreras fue testimonial. Así que empezó un periplo de cesiones para foguearse en Primera, primero con destino a Oviedo y luego a Santander. En la 95/96 con más minutos en las piernas regresó al Barcelona, donde disputó 18 partidos. Con el final de la etapa Cruyff en el Barça, también terminó la de Carreras que ese año finalizaba contrato.
Decidió aceptar la propuesta que le hizo el Mallorca, que había decidido reforzarse a conciencia para lograr el retorno a Primera División. Y lo consiguió. Carreras fue titular muchos tramos del campeonato, beneficiándose además de su polivalencia antes comentada, en la que podía actuar como lateral, extremo o central. Esto fue uno de los argumentos para que continuase en la plantilla en Primera. Ese año, el Mallorca hizo una reforma absoluta, prácticamente toda la plantilla fue desechada y de los jugadores en Segunda que continuaron solo pasaron el corte, Marcelino, Olaizola, Stankovic y Chichi Soler. Monchu y Kike también aunque de manera testimonial. Carreras permanecería en el equipo cuatro años más, lo que hizo que defendiese la camiseta del Mallorca en 94 ocasiones haciendo 8 goles en Liga. También disputaría la Recopa y la UEFA con el Mallorca.
Al finalizar la temporada 2000/01 con el Mallorca en tercera posición, y pese a que se valoraban sus actuaciones y se le ofreció la renovación, Carreras recibió una oferta del Atlético de Madrid, que empezaba su segundo año en el Infierno. Con Carreras, además de Aragonés como entrenador, también marcharon el Mono Burgos y Armando. Con los atléticos estaría dos campañas, colaboraría en el ascenso, pero tendría pocas oportunidades en Primera, así que tuvo que volver a buscar equipo. Llegó a rumorearse su regreso al Mallorca que buscaba un lateral izquierdo suplente de garantías pero finalmente recaló en el Murcia, recién ascendido. La campaña no fue bien y el equipo murciano perdió la categoría.
En la 2004/05 aceptó la oferta de su séptimo equipo en Primera, el Deportivo Alavés. Pero pronto se encontraría con Dimitri Piterman que le haría la vida imposible, le apartaría del grupo y le sometería a una humillación prácticamente continua, insultos inclusive que le valieron varias condenas al propietario ucraniano. En esta etapa entablaría gran amistad con Roberto Bonano, al que ahora ayuda en su labor de seleccionador de Cataluña de fútbol playa. Carreras, curiosamente, encontró su primer destino en su labor de entrenador en el Alavés B.
3 comentarios:
Tuvo que ser insoprotable la situación que vivió Carreras en sus u´ltimos días en el Alavés . Que daño hizo piterman a tanta gente .
Un saludo
Un buen jugador de equipo, lo pondría al mismo nivel de Ayoze.
Hola!! He mejorado la previa de mi blog de los partidos. Visitala a ver que te parece.
P.D: Pasa el raton por encima de las imagenes jeje.
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